¿Sabes realmente qué uso le das al dinero? ¿Conoces tu situación financiera actual? Si respondiste “no” a alguna de estas preguntas, entonces tómate un tiempo para analizar y diagnosticar tus finanzas personales.
El primer paso es reunir todos los documentos que tengan que ver con tu dinero (ingresos y egresos): estados de cuenta, recibos de pago, recibos de nómina, contratos, etcétera. Luego, programa un día de la semana para realizar tu diagnóstico. Vas a necesitar todos los documentos, una calculadora, papel y lápiz.
Siéntate en un lugar cómodo y escribe las siguientes categorías: Casa, Alimentos, Educación, Salud, Vestido y Arreglo, Entretenimiento, Transporte, Previsión y Ahorro, Crédito, Mascotas y Otros. Escribe las cantidades que gastas en cada una. No importa que te tardes mucho tiempo en este ejercicio; la idea es que sepas cómo gastas tus recursos.
Ahora que sabes cómo gastas tus recursos contesta las siguientes preguntas:
- ¿Qué porcentaje de tus ingresos destinas a tu ahorro? Los expertos en finanzas personales dicen que una persona financieramente saludable destina entre 10 y 30% de su ingreso mensual al ahorro. Si todavía no lo haces, empieza a organizar tus gastos.
- ¿Qué porcentaje de tus ingresos destinas al pago de hipoteca o renta? Destinar más del 30% de tus ingresos mensuales al pago de una renta o de un crédito hipotecario puede causarte un fuerte desequilibrio. Endeudarte para cubrir tus gastos básicos (alimentación, pago de servicios, transporte, escuelas, etcétera) por dedicarte a pagar tu casa puede hacer que termines con un adeudo mayor al valor de tu propiedad.
- ¿Qué porcentaje destinas a tus necesidades básicas de alimentación, salud, educación y diversión? Este gasto debe ser el 30% de tu ingreso mensual.
- ¿Qué porcentaje destinas al pago de deudas? Si destinas más del 30% de tus ingresos al pago de deudas, ten cuidado. Reorganiza tu presupuesto y dedícate a liquidar tus deudas de inmediato.
- ¿Tienes un fondo de emergencia para los imprevistos? Los expertos recomiendan que este fondo sea equivalente a tres meses de tu sueldo, como mínimo. Con este dinero podrás hacer frente a una emergencia no prevista. Recuerda que estos recursos siempre deben estar disponibles.
- ¿Tienes un plan para catástrofes? Es decir, una red de protección por si algo te ocurre. Aquí entran los seguros de gastos médicos y los seguros de vida, que te darán tranquilidad a ti y a tu familia en caso de accidente, enfermedad o muerte.