¿Tus intenciones de comer bien parecen desaparecer cuando estás muy ocupado? No importa cuán larga sea tu lista de tareas, sigue con los pies en la tierra y con tu alimentación saludable con estos simples consejos:
- Cocina con anticipación. Cuando tengas tiempo para cocinar, haz más de una porción y congela lo que sobre para tener comidas rápidas en días de mucho trabajo. Por ejemplo, hierve la suficiente cantidad de fideos para dos días. Sírvela caliente una noche con salsa de carne, y fría en una ensalada con atún y aderezo bajo en grasas la noche siguiente.
- Llena tu despensa con alimentos para preparar comidas simples. Buenos ejemplos son los fideos integrales, los vegetales frescos y congelados, las frutas frescas y enlatadas, el pan 100 % integral, las carnes magras, la salsa, los frijoles (porotos, judías) secos enlatados y el yogur y el queso magros o descremados.
- Elige la salud y la conveniencia. Algunos alimentos de conveniencia están diseñados para ser saludables y bajos en calorías. Un plato principal o una guarnición congelados y saludables son una opción en los días de mucho trabajo. Lee las etiquetas de las calorías, la grasa y el sodio. Ten versiones saludables de alimentos de preparación rápida como arroz integral instantáneo.
- Busca los atajos. Simplifica la preparación de tus comidas y ahorra tiempo comprando frutas y vegetales precortados, carnes precocinadas, queso rallado bajo en grasas, ensaladas empaquetadas y vegetales congelados o enlatados. No hay nada más rápido que la fruta fresca, pero la fruta enlatada en su propio jugo (no el jarabe azucarado) también está bien. Enjuaga con agua los vegetales enlatados para eliminar el exceso de sodio.
- Conserva una lista de ideas simples para el menú. Las recetas que incluyen alimentos básicos y toman 20 minutos o menos son útiles para los días en los que tienes prisa.
- Siempre ayuda si planificas las comidas con antelación, pero si tu casa está llena de opciones saludables puedes improvisar y seguir comiendo bien.