Cada 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una oportunidad para reflexionar sobre los avances en la prevención, el tratamiento y el cuidado de quienes viven con VIH. Este día, instituido en 1988 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos invita a fortalecer la solidaridad global y a combatir el estigma que aún rodea a esta enfermedad.

El VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) y el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) no son lo mismo. El VIH es el virus que ataca el sistema inmunológico, mientras que el SIDA es la etapa más avanzada de la infección por VIH, cuando el sistema inmunológico ya no puede combatir infecciones oportunistas. Gracias a los tratamientos antirretrovirales, muchas personas con VIH nunca llegan a desarrollar SIDA.

Actualmente, más de 38 millones de personas viven con VIH en el mundo, de las cuales aproximadamente 1.3 millones se infectaron en el último año. Aunque los avances científicos han permitido reducir las muertes relacionadas con el SIDA en un 68% desde su pico en 2004, todavía se registran más de 650,000 muertes anuales por causas relacionadas.

La prevención sigue siendo clave. Usar preservativos, realizarse pruebas regulares, y, en algunos casos, recurrir a la profilaxis preexposición (PrEP) son estrategias efectivas para evitar la transmisión del virus. Es igualmente importante luchar contra el estigma, ya que el miedo al rechazo impide que muchas personas accedan a un diagnóstico temprano y al tratamiento necesario.

Este día nos recuerda que nadie debería enfrentar esta lucha en soledad. Trabajemos juntos para promover la equidad en el acceso a los servicios de salud, crear entornos de apoyo y construir un futuro libre de nuevas infecciones por VIH. Unidos, podemos transformar la esperanza en acción y avanzar hacia un mundo más inclusivo y saludable.